El día lunes 19 de junio partimos hacia Tartagal para hacer un reconocimiento del lugar, de la gente y de las necesidades, para saber cual es la forma más eficiente de ayudar.
Nos hospedamos en un hotel céntrico, gentileza del Intendente de Tartagal
Los aborígenes son muy tímidos y reservados, y no permiten al acceso a las reservas a cualquier persona. Por esa razón, para acceder libremente nos acompañó Emilio Ovando, a quien respetan mucho. Fue por su consejo que les llevamos un presente para poder acercarnos.
En la habitación del hotel preparamos los casi 150 sandwiches con el pan comprado allí mismo y con las mortadelas que llevamos desde Buenos Aires.
La primera comunidad que visitamos fue El Celibar
Emilio repartiendo a los niños
En el fondo, charlando con los adultos para conocer sus necesidades específicas
Nos mostraron los trabajos que hacen con sus propias manos
El típico sistema constructivo del lugar, con ramas, barro y nylon (los que consiguen nylon)
Los aborígenes son muy tímidos y reservados, y no permiten al acceso a las reservas a cualquier persona. Por esa razón, para acceder libremente nos acompañó Emilio Ovando, a quien respetan mucho. Fue por su consejo que les llevamos un presente para poder acercarnos.
En la habitación del hotel preparamos los casi 150 sandwiches con el pan comprado allí mismo y con las mortadelas que llevamos desde Buenos Aires.
La primera comunidad que visitamos fue El Celibar
Emilio repartiendo a los niños
En el fondo, charlando con los adultos para conocer sus necesidades específicas
Nos mostraron los trabajos que hacen con sus propias manos
El típico sistema constructivo del lugar, con ramas, barro y nylon (los que consiguen nylon)
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